Hoy en día nos encontramos con rayos láser en muchos ámbitos de la vida diaria. Por ejemplo en el supermercado. El escáner con el que la cajera lee los códigos de barra que revelan el precio de lo que compramos funciona con luz láser.
Los rayos láser también activan los lectores de discos compactos. Los CD parecen lisos, pero en realidad hay minúsculas elevaciones y hendiduras. El rayo láser detecta estas irregularidades. Las señales luminosas son transformadas en señales eléctricas y éstas a su vez en sonidos. Así escuchas tu música.
En la industria se utiliza el láser para cortar materiales. Por ejemplo piezas metálicas para la construcción de automóviles y aviones.
El rayo láser puede ser portador de gran energía concentrada en un punto. Al impactar sobre una superficie puede generar un gran calor, tanto como para derretir una plancha de acero a lo largo de una fina línea. O bien perforarla.
Los médicos utilizan los rayos láser en lugar del bisturí en operaciones en las que se necesita hacer cortes muy finos, como por ejemplo en cirujías de ojos.
UN RAYO LÁSER PARA MEDIR LA DISTANCIA A LA LUNA
Cuando llegaron a la Luna los primeros astronautas, hace casi 44 años, dejaron allí una bandera de su país, Estados Unidos. Pero también depositaron algunas cosas más en el suelo lunar antes de emprender el regreso.
Por ejemplo una especie de reflector, como los que se colocan en la parte trasera de las bicicletas para que brille cuando se refleje en ellos la luz de un automóvil.
El reflector devuelve la luz y el conductor del vehículo es alertado sobre la presencia del ciclista.
En la Luna ya hay actualmente cinco de estos reflectores. Pero no se utilizan como señal de tránsito. Tampoco hay en la Luna ciclistas ni automovilistas. Esos reflectores se encuentran allí para algo bien distinto: los científicos miden con ayuda de ellos la distancia entre la Luna y la Tierra. Desde la superficie terrestre envían un fuerte rayo láser hacia la Luna.
El rayo impacta en los reflectores, que lo reflejan de retorno a la Tierra. Los investigadores miden entonces con gran precisión el tiempo que duró el viaje de ida y vuelta del rayo.
Como se conoce la velocidad de la luz, se puede calcular la distancia exacta a la que se encuentra en ese momento la Luna. El error es de apenas unos centímetros.
¿Y para qué queremos saber a qué distancia se encuentra la Luna? La Luna gira en torno a la Tierra, como probablemente ya sabes. Pero no lo hace en una trayectoria perfectamente circular, sino que realiza un recorrido más similar a un óvalo.
Así es que la distancia entre nuestro planeta y su satélite varía constantemente. Va de 363.000 a 405.000 kilómetros. Si la luz se desplaza a 300.000 kilómetros por segundo, ¿cuánto tiempo tardará aproximadamente el rayo en ir y venir a la Luna?
La Luna se aleja además lentamente de la Tierra, cada año unos tres centímetros. Eso se pudo descubrir gracias a las mediciones realizadas con el rayo láser.
EL INVENTO DEL LÁSER NO PARECÍA SERVIR PARA NADA
Hoy está claro: el láser es una herramienta fantástica, con muchísimas aplicaciones de gran utilidad. Pero cuando Theodore Maiman, su inventor, proyectó el primer rayo láser el 16 de mayo de 1960, hubo muchos colegas que lo consideraron un juguete inútil.
A nadie se le ocurría para qué se podría utilizar. Hoy habría muchas cosas que no funcionarían sin el láser. Como la reproducción de música almacenada en discos compactos o la lectura de precios en el supermercado. Pero también son bonitos de observar cuando se proyectan en colores sobre el cielo en fiestas.
EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA LÁSER
¿Sabías que la palabra láser es en realidad una sigla originada por la abreviatura de la descripción del invento en inglés? Significa “light amplification by stimulated emission of radiation”.
Traducido al español eso quiere decir: “amplificación de la luz mediante emisión estimulada de radiaciones”. ¡Por suerte existen las siglas para abreviar estas explicaciones!
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